Este emprendimiento que lleva dos años -trabajándose como incubado local- ha generado muy buenos resultados y esperan que siga prosperando.
Fue el artesano malargüino y dueño de este proyecto de curtiembre, Alejandro San Martín, quien reveló los detalles de su emprendimiento que lleva más de dos años como incubado local y enfatizó la necesidad de armar un buen equipo de trabajo para que la producción rinda económicamente hablando.
Alejandro detalló que esto comenzó como un proyecto familiar y que actualmente logró renovar su contrato con la Incubadora de Empresas de la Municipalidad de Malargüe, “…estamos con muchas esperanzas de que el proyecto pueda avanzar, porque por ahí hay tiempos de estanque”, dijo.
Él asegura que la tarea del curtidor es un oficio que se ha ido perdiendo. Es por ello que debe volver a procesar tareas y rediseñar herramientas para poder desarrollarlo de manera adecuada.
Comentó también que actualmente producen artículos de marroquinería como son billeteras, carteras, cintos, bolsos, entre otras. San Martín reconoció que le hacen falta algunas herramientas para poder producir en serie y contar con cierto stock.
“Es un proyecto pensado acorde al lugar, ya que la materia prima muchas veces no se usa y se termina tirando, hay materiales que podríamos usar y solo necesitamos capacitar a la gente -oficio que realizó hace varios años-. Hay que armar un buen grupo de trabajo para que esta producción funcione”, concluyó.